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Hacia el Abismo: El Objetivo Político Paramilitar en Colombia
Por Ana Carrigan

Se está perdiendo la esperanza en Colombia. En los últimos dos años el aumento de poder en el ejército y la política de los paramilitares (conocidos como "Auto-Defensas Unidos de Colombia", las AUC) ha conseguido acercarse a tener el control político futuro en Colombia con
un ejército brutal ilegal.

Los oficiales Colombianos admiten que las AUC son responsables del 80% de todos los asesinatos políticos y masacres el año pasado. Carlos Castaño, fundador y comandante en jefe de las AUC tiene 22 órdenes de arresto por masacres, secuestros, asesinatos y tráfico de drogas. Tanto la Embajadora Americana en Bogotá, Anne Patterson, como el Comandante en Jefe de los EE.UU. han advertido que ahora las AUC son la amenaza más grande para la democracia en Colombia.

Mientras tanto el proceso de paz entre el Presidente Andrés Pastrana y el grupo más importante de la guerrilla, los fundadores de las FARC se debilita. Para apoyar su insurgencia las guerrillas siguen atemorizando a la clase media urbana con secuestros y extorsión. Crece el número de Colombianos que creen que los AUC son la única fuerza capaz de acabar con las guerrillas Colombianas y escuchan a Castaño, el cual se pinta hábilmente como el "defensor de la clase media". Cuando Colombia se prepara para las elecciones presidenciales de Junio del 2002 muchos creen que la ofensiva militar de las AUC está cerca de lograr su objetivo a largo plazo: introducir la agenda política de los patrocinadores de la extrema derecha de las AUC en la política mayoritaria Colombiana.

Tradicionalmente los Colombianos han votado al centro. Ahora el centro está desbordado por el caos, la polarización y los seguidores de Castaño. Una coalición de ideología extremista compuesta por ganaderos y empresarios, narco-traficantes, políticos regionales y oficiales del ejército, en activo, jubilados o asalariados se han estado preparando para llenar el vacío. El extremista Alvaro Uribe Velez , candidato presidencial independiente, educado en Oxford y Harvard, al que los analistas políticos—entre ellos el anterior presidente Alfonso López Michelsen y el columnista más influyente del país Roberto Espinoso (Dartagnan de "El Tiempo")- han declarado que Uribe es como la cara pública política. En la última encuesta Gallup de Abril el 25% de los entrevistados le apoyaban, comparado con el 17% en Diciembre del 2000 y el 3% en Agosto del mismo año.

Uribe, cuyo padre fue asesinado por las FARC está idealmente cualificado para explotar la creciente furia y desespero popular. Como gobernador de Antioquía fomentó los grupos de auto-defensa cívicos que bajo su vigilancia llegaron a ser asesinos paramilitares. Él dijo que
si le eligiesen crearía una milicia civil y daría armas a un millón de Colombianos en zonas rurales para que patrullasen por los campos y proporcionasen al ejército y la policía información. Uribe estaba presente cuando esta idea fue propuesta por primera vez por los ganaderos en su Conferencia Nacional el pasado Noviembre en Cartagena. Allí en una sala de congresos repleta de ganaderos, haciendo el saludo Falangista, fue recibida por los asistentes poniéndose en pie y aplaudiendo. Los críticos dicen que el plan de Uribe suena como la
legalización de los paramilitares.

Mientras Colombia se aclara, está en juego un programa político mucho más revolucionario y mucho más radicalmente opuesto a la constitución democrática Colombiana que a cualquiera de las otras ofertas confusas anticuadas de corte socialista marxista-leninista que abrazan las
guerrillas. Alentado por el poder militar de las AUC de Castaño, Colombia se arriesga a encontrarse con el primer gobierno totalitario apoyado democráticamente en Latino América cuyo cometido es lanzar una guerra a gran escala para exterminar la enemiga guerrilla interna.

LA ESCALADA PARAMILITAR

Hasta hace poco los gobiernos de Bogotá y Washington, obsesionados con las dificultades en el proceso de la paz, el boom de las cosechas de drogas y del creciente terrorismo de la guerrilla, han ignorado la amenaza paramilitar, ésto fue un shock para ellos cuando el Ministerio de Defensa hizo públicas las cifras, en Diciembre del 2000, revelando que en los últimos dos años los miembros de las AUC han duplicado de 4.000 a mas de 8.000 tropas. Los analistas militares prevén que si los paramilitares continúan creciendo a este paso pronto
sobrepasaran las fuerzas del ejército de campesinos de las FARC que actualmente cuenta con 17.000 combatientes.

No obstante estas cifras ya pueden ser caducas. Desde el verano pasado, en todas las zonas donde las AUC han aumentado sus operaciones últimamente, los comandantes de las AUC han estado llevando a cabo una campaña de reclutamiento agresiva, incluso a la fuerza. En una carta reciente al Presidente Pastrana, Carlos dice tener 11.000 hombres armados y en Mayo pasado hablando para el diario Madrileño "El Mundo" declaró que hoy la cifra supera los 10.000. Mientras tanto se alcanzan niveles de pobreza record y el desempleo rural empuja a los jóvenes campesinos a unirse a las filas de tanto las guerrillas como los paramilitares. Los últimos pagan mejor, sus tropas viven mejor, comen mejor, viajan en coches más grandes y tienen mas éxito con las mujeres.

El sueldo base para las tropas está entre $200 a $400 al mes. A través de empresas tapadera Castaño les proporciona seguro médico, e incluso seguridad social a las tropas que se dice que tienen 10 días libres cada cuatro semanas. No obstante el carácter mafioso de las AUC es más
visible en el reclutamiento de los comandantes del frente. Estos son elegidos cumpliendo un perfil establecido. Si es posible han de tener un historial en inteligencia y se les ofrece un cambio completo de identidad que incluye cirugía plástica, transformando su físico, si lo desean, pero se les prohíbe jamás volver a su vida anterior y se han de comprometer con las AUC durante un mínimo de 10 años. Un comandante tiene la responsabilidad de formar una unidad de 50 hombres divididos en tres grupos controlando cada uno un área de 250 hectáreas cuadradas. Él tiene que acatar las órdenes para cometer atrocidades y instruir a sus tropas para que estos las ejecuten. Ellos pueden ganar $4.000 al mes.

Castaño afirma que 1.000 antiguos soldados y oficiales del ejército, incluyendo algunos despedidos del ejército Colombiano por lo que oficialmente describen como "problemas disciplinarios", ahora han pasado a las filas de las AUC. Muchos se han alistado para ser comandantes. Las fuerzas de los AUC están ahora operando virtualmente por su propia voluntad en 26 de las 32 provincias en Colombia y mantienen una presencia permanente en más de 400 de los casi 1.000 municipios. En los últimos dos años han aumentado su capacidad operativa desde su fuerte tradicional en el norte de Putumayo, linda al sur con la frontera Ecuatoriana y al este con la frontera Venezolana. Castaño declaró en "El Mundo" en Mayo que las AUC están activos en el 70% del territorio Colombiano.

EL TERROR COMO ESTRATEGIA MILITAR

Como dice García Márquez cada masacre es "anunciada". Los habitantes en el lugar elegido para el próximo ataque siempre reciben amenazas anteriormente (a través de octavillas, graffitis o verbalmente) por un proceso que los campesinos Colombianos llaman "el correo de las brujas."

A continuación llega el escuadrón de la muerte. Hombres fuertemente armados llegan en camiones al lugar seleccionado de día o de noche y bloquean todos los puntos de entrada o salida. Luego reúnen a la población en algún lugar público y céntrico, generalmente la plaza
central. El informante, una figura encapuchada portando una lista de nombres se mueve silenciosamente entre la multitud seleccionando a los individuos para la matanza señalándoles con el dedo. El informante que suele ser un vecino o alguien conocido en la comunidad identifica a aquellos que de ahora en adelante se les define como "auxiliares de guerrilla." Para ser auxiliar basta con haber vendido algo a un guerrillero, haberle dado clases a algún chico que se unió a las filas rebeldes, haber perdido los documentos de identidad o incluso vestir el tipo de indumentaria equívoco.

Cuando ha concluido el trabajo del confidente los hombres y mujeres condenados son llevados al lugar de tortura y ejecución mientras que la población es obligada ha presenciar la agonía de sus vecinos y familiares. Cuando la matanza acaba, la retirada del escuadrón de la muerte también sigue un patrón. Frecuentemente obligan a una de las aldeanas a cocinarles y servirles, antes de irse saquean y queman algunas casas y advierten a los sobrevivientes que volverán a acabar un trabajo en proceso.

"La "Masacre de La Motosierra" es real en Colombia," dijo visiblemente afectado, Ernesto Cifuentes, Defensor del Pueblo, a periodistas Colombianos regresando del lugar de una reciente atrocidad paramilitar. Durante Semana Santa se calcula que unos 200 AUC paramilitares hicieron una matanza desenfrenada en doce comunidades, unas Indias pobres y
otras Afro-Colombianas agrícolas, situadas en una región aislada y abandonada al sudoeste de Cauca en el rió Naya. Cifuentes, antiguo juez conservador del Tribunal Constitucional había acompañado a oficiales judiciales que solo pudieron llegar a la escena del crimen en
helicópteros del ejército.

Afectados por la escena los oficiales deambularon entre las ruinas quemadas y saqueadas que habían sido el hogar de 20 víctimas o más. Sus cuerpos y restos fueron recogidos de los campos y arroyos, siendo cargados en redes que colgaban de los helicópteros que se los llevaron. Muchos habían sido decapitados con un golpe de machete, otros habían sido mutilados y matados con motosierras. Las autoridades fueron incapaces de llegar a las aldeas más remotas donde los sobrevivientes insistían que encontrarían más cuerpos de amigos y vecinos. No hay carreteras en Naya.

De lo ocurrido en Naya hay mucho que aprender. En Naya como en otras atrocidades la muerte no era el único objetivo. Pongamos por ejemplo la masacre en el diminuto pueblo norteño de El Salado en Julio del 2000 donde el escuadrón de la muerte bailó y vitoreó mientras la música
ensordecedora salía del altavoz del pueblo tardando dos días y medio en torturar, violar, aporrear y a veces estrangular a 36 personas, atándoles primero a una mesa en el centro de la cancha de baloncesto.

Otro ejemplo es el de la masacre de Chengue en Enero pasado, allí 50 paramilitares en camiones entraron en una comunidad de agricultores de aguacates a las 4:30 de la mañana, les sacaron de sus casas, les pusieron en fila en la plaza y les aplastaron el cráneo con rocas y un mazo. En estas y otras escenas similares el objetivo paramilitar es crear terror y así forzar a la población cercana a huir dejando la tierra libre para sus simpatizantes.

Castaño conoce la inutilidad de un censo en un país donde un largo historial de violencia rural ha fracasado en cualquier cambio. Según esta lógica lo que cuenta es cómo matas y el grado de dolor y terror que puedes infligir. Esa es la lección en Naya, El Salado y Chengue.

Una Alianza Letal: Los Paras, el Ejército y los Civiles


Los paramilitares que cometieron la masacre en Naya pertenecían a una unidad de las AUC llamada El Frente Farallones. El Farallones y dos frentes compañeros, el Pacífico y el Paez se formaron el año pasado. Son ramas de una unidad AUC –llamada el Frente Calima – que surgió en la ciudad de Cali en el verano de 1999 poco después de un secuestro masivo en una iglesia local por las guerrillas ELN. Los investigadores gubernamentales concluyeron que el Frente Calima fue organizado por la 3 Brigada del Ejército Colombiano con la ayuda de Carlos Castaño y un grupo adinerado local, incluyendo narco-traficantes. Los civiles proporcionaron la
financiación para las necesidades operativas del nuevo frente, los oficiales en activo de la 3 Brigada aportaron la inteligencia y apoyo logística mientras Castaño puso las tropas.

Human Rights Watch, cuyas investigaciones sobre el Frente Calima confirmaron los informes de los oficiales Colombianos que muchos de los comandantes del Calima eran reclutados de las filas de antiguos oficiales del ejército. Los investigadores del gobierno y Naciones Unidas insisten que la facilidad con la que los frentes paramilitares, el Farallón, el Pacífico y el Paez han consolidado y extendido su capacidad operativa a lo largo del sudoeste de Colombia el año pasado hubiese sido imposible sin la relación existente entre los AUC y la 3 Brigada afincada en Cali.

En Bogotá días después de la masacre de Naya, Eduardo Cifuentes denunció el fracaso del gobierno de frenar "una masacre anunciada." Él afirmo que el pueblo de Naya había suplicado protección desde el pasado Diciembre. En las semanas anteriores a la masacre la Comisión de Derechos Humanos OEA había dado instrucciones al gobierno Colombiano para especialmente proteger las comunidades de la zona de Naya. La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas informó que había alertado a las autoridades dos días antes de que empezase la matanza a cerca de una fuerza paramilitar con 300 miembros se adentraba en la zona de Naya. Pero al igual que ocurre en Colombia semana tras semana el ejército no levantó un dedo para proteger a la población en peligro.

Días después en lo que se describió como la operación militar más grande hasta hoy contra los paramilitares, se dice que los soldados arrestaron a 57 participantes de la masacre. El Presidente Pastrana voló desde Bogotá para presidir la exhibición de los prisioneros y el material bélico capturado. La verdad era menos gloriosa, los "cautivos del ejército estaban huyendo de un encuentro con las guerrillas cuando los soldados les salvaron la vida.

Recientemente la fuerte presión internacional para que el gobierno de Pastrana se imponga a cualquier coalición entre el ejército y los paramilitares esta empezando ha mostrar resultados. El General Tapias sabe que es primordial cortar el cordón umbilical que une a sus fuerzas y las AUC y que el mensaje les ha empezado a llegar a comandantes individuales en el campo, como al comandante de la 5 Brigada en Magdalena Medio, el General Martín Orlando Carreño. Pero la relación entre las AUC, sus simpatizantes, la política y el ejército establecido está arraigada en una historia común ,unida por un enemigo común y fomentada por la extensa corrupción -los comandantes de las AUC no carecen de fondos para comprar la cooperación en el campo de los malpagados oficiales del ejército. Además la sinergia entre las fuerzas del estado y los AUC que se les ha permitido crecer por la pasividad, negación oficial y un clima de tolerancia social a los crímenes paramilitares.

Hace solo unas semanas un diplomático que pidió se guardara su anonimato, volvió de una visita al norte de Colombia donde había visto "con mis propios ojos" a los notorios "co-patrujalles" (patrullas conjuntas de la policía y los paramilitares). Conduciendo por la calle a plena luz del día estaba el coche de policía y justo detrás siguiendo un camión con tropas AUC armadas y de uniforme. Cuando el reportero de la BBC Jeremy McDermott llegó a Puerto Assis, Putumayo el pasado Agosto buscando el cuartel general de los paramilitares locales solo tuvo que coger el primer taxi que vio al salir de su hotel y decirle que lo llevase allí.

Según McDermott, "Ni pestañeó, simplemente puso el coche en marcha y se fue rápidamente por las calles bacheadas, pasando el control del ejército y saliendo del pueblo." Cuando llegó a su destino McDermott se encontró en una villa lujosa alejada de la carretera "a cinco minutos en coche de la base local del ejército," y " una escena reminiscente al apogeo de los barones de la droga en Medellín hace una década," la casa tenía gimnasio, mesas de billar al aire libre y chicas guapas descansando alrededor de la piscina con sus novios paramilitares con el
pelo rapado.

También conoció a un antiguo sargento del ejército Colombiano, que se presentó como el oficial instructor del Bloque Sureño de las AUC, con 800 miembros que controla el pueblo y la región colindante. El comandante "Yair" orgullosamente informó a McDermott que estaba impartiendo los conocimientos adquiridos durante sus sesiones de instrucción por Las Fuerzas Especiales de EE.UU. en el Fuerte Benning y el Fuerte Worth.

No obstante no todas las instituciones Colombianas se han mantenido pasivas. La oficina del Fiscal General ha lanzado una cruzada, en solitario, contra Castaño, y recientemente ha formado una coalición para ofensivas conjuntas entre los miembros del ejército y la policía que comparten ideología. El 24 de Mayo al concluir una investigación de dos años, Alfonso Gómez Méndez, Fiscal General, envió una fuerza de trabajo conjunta de investigadores judiciales, agentes de la policía y Fuerzas Especiales del ejército a Córdoba, la capital de la provincia de Montería, cuartel general de los mayores financiadores de Castaño- ganaderos de Antioquía, Córdoba y Santander. La policía hizo 36 arrestos antes del amanecer en tres ciudades. En Montería, los investigadores hicieron una redada en las oficinas de la poderosa Federación de Ganaderos de Córdoba(Ganacor) requisando documentos y ordenadores. Rastrearon residencias y empresas pertenecientes a personas destacadas en la región incluyendo la de un senador, el anterior Presidente de Ganacor, mano derecha de Castaño y estratega militar durante mucho tiempo, Salvatore Mancuso. Hijo de emigrantes Italianos, Mancuso, es un rico ganadero y comandante paramilitar. También tiene 10 órdenes de arresto por masacres y asesinatos.

Esta redada fue la victoria más importante conseguida por el Fiscal General y su plantilla en los últimos cuatro años pero el precio que han pagado por su continua y solitaria lucha ha sido desorbitado. Entre Enero y Septiembre del 2000 han sido asesinados once investigadores,
tres lograron sobrevivir los intentos de matarlos, once desaparecieron y otros 21 recibieron amenazas de muerte. Además se sabe que en los últimos dos años agentes de inteligencia de Castaño se han infiltrado en las oficinas del fiscal.

Castaño como Estrella Mediática

Desde que apareció por primera vez en la entrevista televisiva de 90 minutos, sin precedentes, en Marzo del 2000, Castaño se ha convertido en la estrella de los medios de comunicación. Con el pelo muy corto, vestido de sport, aunque con pantalones de algodón impecablemente planchados, camisa, corbata y sentado en una silla de imitación antigua, insistía "Mi ética no me permite asesinar una persona inocente." Hablando muy deprisa, sus oscuros ojos inquietos
ardiendo con nerviosa intensidad, justificó todas las matanzas—todos guerrilleros vestidos de civil,". Se pintó como el salvador atormentado de su "querida patria"; el único defensor de "la gente de bien," abandonados a su destino por los poderes. Dijo que leía la Biblia todas las noches y que hablar con Dios "me calma y nutre". Nombró a Orianna Fallaci y García Márquez como sus autores favoritos y acabó la entrevista recitando una poesía completa de Mario Benedetti. El día siguiente, el 38% de los encuestados dijeron que su opinión había cambiado y que era inteligente, congruente y al contrario de esos guerrilleros mentirosos "él decía la verdad."

Aquella noche, la transformación de Castaño de gángster a estrella mediática había empezado triunfalmente. Nueve meses después volvió al canal de la competencia, RCN, vistiendo un jersey de pescador blanco y "hablaba con mucho encanto y sencilla lógica," según la revista Time (28 de Noviembre del 2000. En una reciente entrevista para Le Monde, Castaño explicó, "(las AUC) no son paramilitares sino un movimiento patriótico anti-subversión civil, (que es) único en el mundo. Nuestro único enemigo son las guerrillas que han convertido a la clase media en objetivo militar.

Castaño no es candidato para ningún cargo aunque los objetivos políticos de su campaña en los medios son claros. Él cree en la ideología a la que sirve y necesita encontrar algún modo de sentarse a la mesa de negociaciones para introducir su proyecto paramilitar en la política generalizada: bloquear las negociaciones con las guerrillas y ser absuelto de sus crímenes. También quiere ser el que reparte el poder, y a medida que construye su imagen personal los analistas Colombianos ven más evidente la sinergia entre él y Uribe. Castaño está abriendo el camino para un líder autoritario que comparta sus metas.

Quizás lo esté consiguiendo al literalmente retirarse de la escena pública. El 27 de Mayo Castaño anunció su "irrevocable" retiro como Comandante Jefe de las AUC y no se le ha visto desde entonces. Los expertos están perplejos. ¿Ha sido eliminado—literal o políticamente? ¿Es más poderoso que nunca en la retaguardia? Lo cierto es que su visión de la futura Colombia ya existe en varios lugares.

El Futuro Según Castaño


Para hacerse idea de cómo sería la vida en la Colombia de "Paz con Orden" solo se necesita visitar cualquiera de las regiones controladas por las AUC, donde el nuevo modelo de vida rural está establecido y funcionando. Jim Johnson, corresponsal del Miami Herald, visitó Apartado,
una ciudad en la costa norte de Urabá, controlada por los paramilitares. Informa que la política de esta ciudad tropical en el extremo de la península Darién se ha hecho tan de derechas que la única comparación que le venia en mente era de la Italia fascista antes de la
Segunda Guerra Mundial. Pistoleros patrullaban las calles, el miedo y la desconfianza pesaban en la húmeda atmósfera. Todo el mundo se vigilaba;nadie se atrevía a dar su opinión sobre ningún tema. En zonas donde las fuerzas de Castaño son la ley cada muestra de vida privada o comunitaria está sujeta a las rígidas reglas de comportamiento establecidas: ni los pendientes ni el pelo largo están permitidos para a los hombres, y a las mujeres no se les permite llevar minifaldas ni pantalones; el estudio de la filosofía está prohibido en las escuelas, solo ciertos tipos de música son permitidos en las discotecas; los festivales étnicos y culturales y muchas ceremonias religiosas también están prohibidos - hace unos años en ciertos pueblos de Córdoba, Castaño prohibió que se celebrase la Navidad- viajar esta
restringido; y hay arbitrarios toques de queda.

En la costa norteña, en algunas partes de Córdoba y Magdalena Medio Castaño también controla la selección y elección de las autoridades locales. Los alcaldes, los concejales e incluso los congresistas y gobernadores son todos "su gente". Cuando el filósofo Francés Bernard Henri-Lévy le entrevistó hace poco en su rancho en Córdoba, (Le Monde 2 de Junio del 2000) le preguntó por que había dado la orden de matar al alcalde local, Castaño contestó, " porque nuestro trabajo es poner en poder a los representantes del pueblo. Si alguien en Córdoba insiste en presentarse donde no es querido entonces le amenazamos. Es verdad. Es normal."

Pero existe otra cara de la moneda. En las "zonas liberadas" de Córdoba y Urabá, donde las AUC han echado a las guerrillas y repoblado la zona con sus propios simpatizantes, Castaño ha introducido la segunda etapa de su proyecto político, una campaña para ganarse con alma y mente al pueblo, que está llenado el vació histórico del estado. FUNDIPAZ es una "fundación" creada por Castaño hace dos años, co-financiada- con el dinero del tráfico de drogas- por las AUC y las más pequeños ACU, (Grupos de Auto-Defensa de Córdoba y Urabá, donde se originaron las AUC.). Administrado por su cuñada, Teresa Gómez, FUNDIPAZ ha financiado
carreteras, colegios y alojamiento, tiene brigadas médicas gratuitas, medicina subvencionada, escolarización para todos y educación para adultos. Muchos beneficiarios de estos servicios se han convertido en un marco de intimidación prevalente y crueles controles sociales y de comportamiento, es difícil calcular el alcance de este apoyo. Pero para aquellos que nunca han conocido la seguridad, protección o los servicios públicos las dádivas de Castaño suponen una transformación en su mundo.

LA GUERRA SUCIA

Esta primavera, después de cientos de muertes y una campaña de terror por las calles y barrios que duró un año, las AUC completaron la captura del estratégico puerto Barrancabermeja, productor de petróleo, la primera gran ciudad que caía bajo el control de Castaño.

En Mayo trasladaron la guerra rural a la capital. Como habitualmente, Castaño había anunciado la presencia de sus fuerzas en Bogotá mucho antes de que las bombas empezasen a explotar. En Enero le había dicho a la prensa que un nuevo frente de las AUC, el Frente Capital, pronto
desmantelaría la red de suministros de las guerrillas en Bogotá, identificaría e eliminaría a los "subversivos" a los que Castaño define como "objetivos militares."

¿Y quién es un subversivo? El pasado Enero y escribiendo desde el exilio al que había sido forzado unas semanas antes por amenazas de los paramilitares, Sergio Otalera Montenegro, analista y columnista semanal del diario independiente de Bogotá, "El Espectador", describía el
objetivo político al que sirven Castaño y las AUC. "Los orígenes siniestros de los paramilitares y sus verdaderos protectores no están exclusivamente arraigados en el conflicto a muerte con las guerrillas. La verdad es que detrás de los escuadrones de la muerte ha habido 15 años de guerra sucia con el propósito de desarticular cada movimiento legítimo, organizado y popular y así realmente destruir cualquier posibilidad de construir una alternativa democrática en oposición abierta ha los partidos tradicionales." Lo que Otalero describe es una agenda política que combinada con las masacres rurales limpia las tierras por medio Castaño y sus paramilitares, que tan fielmente ejecutan por encargo de sus simpatizantes.

Esta es la agenda política letal que hoy amenaza la próxima campaña electoral y motiva los asesinatos en serie de los intelectuales, líderes de paz, organizadores laborales, trabajadores judiciales honrados, defensores de derechos humanos, periodistas y activistas étnicos y comunitarios Colombianos. En los últimos cuatro años más de 50 oficiales judiciales y por encima de 40 activistas de derechos humanos han sido asesinados y veintenas más han sido forzados a huir del país. La mayoría de los periodistas Colombianos de investigación con experiencia han muerto o han tenido que huir por su trabajo.

Este año y el pasado los paramilitares han intensificado su infiltración en los sindicatos y universidades. Dirigentes sindicales, catedráticos, y estudiantes están siendo asesinados y aterrorizados para silenciarlos. Cuando Bernard Henri-Lévy de "Le Monde", le preguntó por qué mató a sindicalistas Castaño contestó: "Porque (los sindicatos) impiden que la gente trabaje." El año pasado 129 afiliados fueron asesinados por escuadrones de la muerte paramilitares, 44 más han sido asesinados este año, y tres recientes atentados a la vida de dirigentes sindicalistas han sido abortados por sus guardaespaldas. Cientos están amenazados.

A los que Otalora se refiere como paramilitares "verdaderos protectores" quizás no pueden permanecer más tiempo siendo fuerzas sin cara y sin nombre, operando desde la oscuridad. A medida que la crisis aumenta, y las oportunidades de salir del anonimato a la esfera pública
incrementan, gradualmente, las fuerzas conocidas en Colombia solamente como Las Fuerzas Oscuras están siendo punto de enfoque.

Por la Memoria: una víctima de la guerra sucia

En una velada en Noviembre de 1997, en casa de un amigo en Bogotá, Eduardo Umana Mendoza, uno de los abogados Colombianos de derechos humanos más valientes de su generación, pronosticó la situación actual. "Es el fin de este país." dijo. "La corrupción ha convertido en criminales a todos-los políticos, el ejército, los tribunales, la iglesia, la policía. La izquierda no existe en Colombia. Las guerrillas son criminales también, y además absurdas. Los únicos que cuentan para algo son los sindicalistas y están siendo sistemáticamente destruidos. Si quiere saber lo que va ha ocurrir en Colombia, mire hacia la derecha. La extrema derecha es la única en Colombia que sabe lo que quiere, y lo conseguirá. Es la única fuerza organizada en este país que está en vías de hacerse con el control. ¿Oposición? Los Colombianos tienen sus medios de extrema derecha, especialmente su televisión"

Había estado fuera del país tres años y no quería creerle. Era más fácil decirme a mí misma que estaba quemado, pero esa fue la última noche que le vi. Un Sábado por la mañana en Abril de 1998, fue asesinado sentado en su despacho. Los tres asesinos, entre ellos una mujer elegantemente vestida, habían accedido a su apartamento fingiendo ser periodistas.

El año pasado, el Fiscal General acusó a Carlos Castaño de la muerte de Eduardo Humana. La investigación concluyó en que procedían de una organización criminal de Medellín llamada "La Terraza" y habían sido contratados para la misión por Castaño. La investigación también
implicaba al Batallón 20 de Inteligencia, con base en Bogotá, de la coordinación entre Castaño y el escuadrón de la muerte.

Existía una lógica devastadora concerniente al asesinato de Eduardo Umana. Pertenecía a una especie en extinción: aquellos Colombianos cuyos esfuerzos para fomentar la tolerancia política y el diálogo amenazan a los guerreros de todos los bandos. No fue accidental que su
asesinato expuso la alianza entre el ejército y los paramilitares que matan para prolongar y encrudecer la guerra.

Después de la muerte de Eduardo y bajo la presión del embajador de los EE.UU. Myles Frechette, el Ministerio de Defensa Colombiano disolvió la 20 Brigada. Pero el Ministerio fracasó al no desmantelar las células secretas del escuadrón de la muerte y por lo tanto recicló a aquellos agentes de inteligencia para servir en otras brigadas del ejército en el país.

La orden de arresto para Carlos Castaño por el asesinato de Eduardo Umana se apolilla en algún barracón de la policía o el ejército.

En Diciembre del 2000, Mary Robinson, la alta comisionada para los Derechos Humanos de Las Naciones Unidas, visitó Bogotá, sabiendo muy bien que el país se estaba desangrando. Incluso así muchas cosas le chocaron. No podía dar crédito a la indiferencia de los líderes políticos que nunca le han dado importancia a hacer un "acto de presencia" en ninguno de los funerales de sus propios ciudadanos. Y se sintió apabullada al descubrir que gran numero de Colombianos estaban a favor del asesino y no de la víctima.

En la rueda de prensa que dio el 4 de Diciembre, fue contundente: "Tengo una sensación real de la desesperada necesidad de mayor seguridad que la gente común tiene en este país…" dijo, "(pero) insto a los Colombianos a que no caigan en esta trampa… Los grupos paramilitares no son vuestros amigos. No apoyan a la población civil. Ellos quebrantan la ley. Ellos están minando la legitimidad y la autoridad del gobierno… Es intolerable que semana
tras semana el fenómeno paramilitar crezca."

No se podía pedir que Mary Robinson entendiese la patología de la sociedad Colombiana. Los Colombianos han ligado sus sueños del futuro a un mito que dice que Castaño puede derrocar a las guerrillas, y cuando se gane la guerra él depondrá sus armas y todo volverá a la "normalidad".